Booal: contra la despoblación, cultura.

Verdes, ocres, rojos, marrones, amarillos… Parece increíble, pero los colores del campo que rodea a Booal, en Asturias, cambian en cuestión de minutos. La luz del atardecer nos invita a un espectáculo visual en la montaña asturiana y no son pocos los que vienen de fuera para contemplarlo.

Éste es uno de los muchos encantos de la llamada Villa Librera, distintivo que solo tienen otras 14 localidades de Europa, EEUU y Asia. Booal lo consiguió en 2007 debido a su rico pasado, su patrimonio y la cultura que brota en sus calles. Este pueblo de 235 habitantes decidió revolverse contra la despoblación y apostar por el turismo por donde antes pasaba el ganado.
Como muchas poblaciones interiores, Booal se fue despoblando, convirtiéndose en los 90 en una localidad mortecina abocada a la desaparición. Una serie de iniciativas acabaron revitalizando el pueblo en torno a la cultura del libro y convirtieron a Booal en una de las pocas localidades del mundo en ostentar esta distinción.

Booal , Villa Librera, es una atractiva propuesta de turismo cultural que el Principado de Asturias ofrece a viajeros y bibliófilos de todo el mundo. La creación de este importantísimo recurso cultural se debe a la iniciativa de la Diputación provincial que en 2007 fundó esta villa literaria, la segunda Villa  Librera de España.

book-515081_1280Este ambicioso proyecto cultural está inspirado en otras villas del libro existentes en Europa: Hay-on-way, en el País de Gales, Redu en Bélgica, Montolieu o Bécherel en Francia, Bredevooort en Holanda, Urueña en España… El denominador común de todas ellas es la dinamización económica, cultural y turística a partir de la recuperación de los espacios públicos como lugares de compraventa de libros y la celebración de eventos culturales ligados a la literatura.
Booal se constituye en un espacio en el que el libro sea un imán para viajeros; un espacio de encuentro para un número importante de personas expertas o de curiosos, que han hecho del libro y los sectores en él implicados una manera de vivir. Repartidos por Booal, encontramos multitud de librerías y establecimientos para el ejercicio de la actividad comercial y artesanal de libros, preferentemente antiguos, raros, viejos o descatalogados.

El e-LEA Carlos Bousoño (espacio para la Lectura, la Escritura y sus Aplicaciones) es el corazón de la Villa Librera, con una exposición permanente que cuenta los 6.000 años de la historia del libro y de la escritura y muestras temporales, ciclos de conferencias y talleres para todos los gustos.Su actividad se desarrolla en diversas áreas que pretenden llenar de contenido y presencia cualquier día del año, al margen de la afluencia general, más previsible durante los fines de semana y periodos vacacionales.

Ya son 40.000 viajeros los que se acercan cada año a este paraíso para bibliófilos en forma de nueve librerías, cinco museos, un centro de interpretación del libro, tiendas de antigüedades, tabernas donde vinos y cafés maridan amigablemente con las letras, y talleres artesanales que encuadernan con el encanto de los scriptorium monacales.

 

Nota informativa: recordamos al lector que las entradas de este blog no se corresponden en modo alguno con la realidad´de Boal, si bien están basadas en experiencias reales que ya se están desarrollando en otros puntos de España, de Europa y del Planeta. Fuente: El País, El Correo,Norte de Castilla.

Booal: 100% autosuficente. 100% sustentable y sostenible.

Booal es un pequeño pueblecito asturiano de unos 150 habitantes que se encuentra a unos 90 km de Oviedo. La mayoría de sus habitantes se dedican a la ganadería. En Booal no hay desempleo, mientras que algunos municipios de los alrededores registran tasas de hasta un 30% de paro.

wind-183247_1280 Booal es ligeramente distinto al país que lo acoge, pues se define como totalmente autosuficiente.
Estamos hablando, naturalmente, de autosuficiencia energética, sostenibilidad y ecología. Para que os hagáis una idea: Los habitantes de Booal se ahorran 160.000 litros de gasóleo al año. Y es que el 100% de la energía que consumen estos asturianos se genera gracias a molinos de viento, paneles solares, biogás y una red eléctrica. Los precios, además, se fijan entre todos, consiguiendo estar así un 30% más bajos que la media.
Pero vamos a conocer un poco más este equivalente de la aldea gala de Astérix en el plano energético.

Booal es un villa de la Comarca del Navia . El área de superficie  es de 1570 hectáreas. Escuelas, guarderías y centros de cuidado infantil no están disponibles en en el pueblo. El jardín de infancia se cerró a finales de 1994.
Sin embargo, a pesar de ser un pueblo de granjas, inclinado hacia lo rural, ha conservado una parte de su población juvenil, que ahora tienen más incentivos para residir en el pueblo: precios más baratos y mayor respeto por el medio ambiente. Y es que si en 1996 la aldea estaba en franca decadencia, como fue el caso con muchos pueblos del rural español, ahora no sólo es un sitio atractivo para vivir sino que resulta un reclamo turístico tanto para curiososo como para personas que quieren copiar este estilo de vida.

Todo empezó con la construcción de una planta de biogás en el año 2008: vacas, cerdos y ovejas contribuyen de gran manera a la independencia energética de Booal, pues la materia prima para su funcionamiento la proporcionan 2.000 m3 de purines y excrementos procedentes de granjas porcinas, más otros 1.500 m3 de explotaciones vacunas, junto con 6.150 toneladas de maíz y 650 toneladas de grano vegetal. livestock-384628_1280
En ese mismo año, se inauguró en las proximidades, concretamente en Penouta, un parque solar de unas 45 hectáreas capaz de abastecer al año a 600 familias de 4 miembros mediante 9.844 módulos fotovoltaicos. En el año 2010 finalizaron la construcción de una red eléctrica propia: cada habitante tuvo que desembolsar 3.000 euros para ser totalmente independiente.
Ahora todo el pueblo está lleno de turbinas que aprovechan el fuerte viento de la zona. Lo último ha sido instalar una estación de recarga para los coches eléctricos.
Se han creado 30 puestos de trabajo directos con la puesta en marcha del proyecto, y ello ha provocado la apertura de nuevos comercios y otros negocios, por eso no hay desempleo.

Booal ha recibido varios premios por su trabajo en el campo de la energía renovable. Además el municipio tiene prevista la apertura en 2014 de un centro de visitantes para formar a estudiantes en el cambio del modelo energético.
De Japón son casi la mitad de los visitantes que acuden a Feldheim en busca de respuestas al dilema energético. Tres millares de ellos lo hicieron en 2011. “Viene a vernos gente casi cada día”, apunta el alcalde de Booal. Proceden de Iraq, Irán, Canadá, Australia, Corea del Norte y del Sur y muchos países latinoamericanos, y llegan dispuestos a aprender y tratar de implantar la experiencia en sus países de origen. En definitiva, un imán turístico sobre la base de las energías renovables.

Nota informativa: recordamos al lector que las entradas de este blog no se corresponden en modo alguno con la realidad´de Boal, si bien están basadas en experiencias reales que ya se están desarrollando en otros puntos de España, de Europa y del Planeta. Fuente:Diariodelviajero.Ecoavant.

Guisantes ecológicos contra el olvido

Producir calidad es un camino de revalorización del campo más olvidado. La Asociación Boal’Palante, en la Comarca del Navia (Asturias), ha desarrollado este concepto en un emprendimiento encaminado a convertir a los agricultores locales en emprendedores ecológicos. Su arma: guisantes obtenidos con técnicas respetuosas y de alta calidad. El resultado: la transformación social de una comarca en declive.
La Comarca del Navia abunda en terrenos fértiles. Es una joya verde. Pero su orografía, tradición y estructura económico-productiva la tenían abocada a la despoblación. Los municipios de la comarca asturiana están encuadrados en un territorio donde se conservan casi miles de hectáreas dedicadas a una agricultura de tipo tradicional. «Nuestro cultivo estrella es el guisante», dicen. Sin embargo, «la agricultura ecológica era prácticamente inexistente y el conocimiento de sus técnicas por parte del sector muy escaso», recuerdan desde la asociación.
peas-115951_1280La producción de guisante estaba, de acuerdo con su análisis, caracterizada por lo abrupto del paisaje, el minifundismo y la producción a pequeña escala. Esto provocaba «altos costes de producción y, por lo tanto, escasa rentabilidad de las produccciones». En 2009, Boal pa’lante lanzó su proyecto. Se trataba de poner en marcha una transformación del tejido productivo, cualitativo más que cuantitativo. De manera que lo primero fue paliar «el bajo nivel formativo» y la escasa tradición cooperativista de la comarca. La fase comprendía «la sensibilización, formación, información y el asesoramiento de personal especializado» así como “la introducción de los productores en el área del cooperativismo, las ventajas que reporta para el propio productor así como los beneficios sociales de la existencia de las mismas, en forma de puestos de empleo, servicios públicos, freno a la despoblación, etc”

Mediante este emprendimiento más de 600 fincas han iniciado su conversión a la explotación ecológica («cuando esperábamos 150», citan). De esa manera, unas 1.000 hectáreas están en transformación. «Unos 140 agricultores han adoptado la nueva forma de trabajar». Y se han creado dos nuevas explotaciones que rechazan «el uso de fitosanitarios químicos en la agricultura convencional que provoca la eliminación de fauna y flora beneficiosa con la consiguiente pérdida de biodiversidad». En contraposición, todos ellos se constituyen en fincas ecológicas que «ahora mantienen y aumentan la fertilidad del suelo con aportaciones de materia orgánica de origen natural, por lo que contribuimos a la limpieza de suelos y cursos de agua y los alimentos que se obtienen están completamente libres de residuos químicos», aseguran.

La parte final fue colocar el producto en el mercado para que el negocio rente. Actuó de ancla para la población actual y horizonte para la futura. El sistema utilizado, mediante la acreditación de este guisante, a través de sellos de origen y garantía, y la comercialización específica. El gerente de la comarca, Pedro Gómez, asegura que se trata de «trabajar para la preservación de nuestros huertos, y por su inestimable riqueza ambiental, social y económica».

El proyecto recibió uno de los accésit del Premio Ponama a la sostenibilidad de Pequeños y Medianos Municipios en 2011 así como el premio Premio Antón Túñez-Prado a la Defensa y Fomento en Agricultura y Ganadería Ecológica en 2012
La comarca consiguió un aumento de población del 12% en sólo los dos primeros años del proyecto, gracias al cual, además, surgieron nuevos negocios en la comarca, y por ende, puestos de trabajo indirectos.
Nota informativa: recordamos al lector que las entradas de este blog no se corresponden en modo alguno con la realidad´de Boal, si bien están basadas en experiencias reales que ya se están desarrollando en otros puntos de España, de Europa y del Planeta. Fuente: El Diario.

Milagros no es el nombre de mi hija.Es posible.

En Booal(Comarca del Navia) se ha producido un milagro en los últimos  años. En 2008, el municipio reunía todos los requisitos para que la despoblación que sufría no se acrecentara en lo sucesivo: un entorno rural, agrícola y con pocas posibilidades para generar empleo femenino, además de adolecer de buenas comunicaciones. Hoy, Booal es el único pueblo del la comarca que ha crecido en habitantes este año y la escuela ha quintuplicado el número de alumnos que tenía en 2008

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Aunque parezca sorprendente, lo que ha cambió Booal fue la llegada al pueblo de una pareja (Pepito Pérez y Rubén García) que se dedican a ayudar a familias extranjeras (de poder adquisitivo medio alto) a asentarse en España. Les ayudan a encontrar una finca de su agrado y se encargan de todos los trámites hasta su instalación. Son ‘relocation manager’, algo así como un profesional que gestiona a las familias desde el contacto con un vendedor de una finca o una casa, los papeles para gestionar la construcción de su vivienda, etc.

Desde 2008, la empresa fundada por Pepito Pérez y Rubén García (Boal P’arriba) ha traído hasta el Navia (principalmente a Booal, aunque también han llegado extranjeros a pueblos como Illano o Vivedro) a varios cientos de personas. En unos años, el colegio, que tenía en 2008 sólo 25 alumnos y estuvo a punto de convertirse en aula unitaria, cuenta hoy con 125 niños matriculados: españoles, holandeses, estadounidenses y británicos.

El Ayuntamiento de Booal tenía muy claro que el futuro de esta localidad asturiana estaba en los nuevos residentes. Por ello, modificaron el Plan General de Ordenación Urbana, ampliaron el suelo urbanizable y concedieron exenciones fiscales a los nuevos pobladores, así como incentivos a los ya existentes, entre otras medidas destinadas a frenar el éxodo de población y atraer nuevos vecinos.

Los extranjeros que se asientan en la zona tienen cierto poder adquisitivo, ya que la inversión media que realizan para ubicarse en el pueblo es de entre 100.000 y 150.000 euros. Según Pepito Pérez, “hay dos perfiles dentro de las personas que nos contactan, por un lado jubilados que buscan tranquilidad y, por otro, gente que trabaja online en todo tipo de empresas”.

Así, en apenas unos años, partiendo de la premisa de respeto al entorno y al medio ambiente, se han abierto una bioescuela en Serandinas (una parcela que busca la autosuficiencia energética e hídrica y cuyos responsables han ingeniado varias instalaciones ecológicas para cultivar verduras, frutas, hortalizas y champiñones de forma tradicional a la par que innovadora. Los visitantes que se acerquen a este curioso centro agrícola y ganadero podrán ver cómo se hacen el compost y los fertilizantes caseros, cómo se reciclan las aguas negras y grises, cómo se pueden cultivar cereales y hongos en cuevas y ver los criaderos de lombrices y caracoles), un alojamiento hecho con paja en Armal (el mayor existente en España, es una edificación autosuficiente creada para proporcionar una oferta turística ecológica cercana al mar y la montaña. Eligieron la paja como material al ser uno de los más naturales que existen ya que no requiere ningún tratamiento químico que perjudique al medio ambiente. También fue determinante la capacidad aislante de la paja, que mantiene la temperatura interior del edificio y minimiza el gasto en energía. El Pajar de Meu prescinde además de agua corriente en los retretes al disponer de un mecanismo alternativo de desecho de residuos) un museo de la vivienda en Doiras (proyecto municipal donde se recorren las diferentes etapas de la Humanidad, desde el Paleolítico a la actualidad) y una casa vanguardista en Villanueva, proyecto inmobiliario de la empresa Solo Hogares, y que prevé ubicar siete más diseñadas por prestigiosos arquitectos vanguardistas. La primera de ellas, Solo Techo, recibe su nombre del afamado arquitecto chileno Mauricio Techo.
Nota informativa: recordamos al lector que las entradas de este blog no se corresponden en modo alguno con la realidad de Boal, si bien están basadas en experiencias reales que ya se están desarrollando en otros puntos de España, de Europa y del Planeta. Fuente: Heraldo, Diario de Teruel, Aragón Digital.

La Fundación BoalPalante pone el acento en la agricultura ecológica

La Fundación BoalPalante no para. Tras la reciente clausura del curso sobre apicultura ecológica, el proyecto de Calidad Alto Navia pone en marcha un nuevo curso, esta vez dedicado a la agricultura ecológica, que tendrá 70 horas de duración y un módulo de formación en autoempleo y cooperativismo social. Basado en la idea de fomentar el empleo verde, el programa, que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversia, comenzará el próximo 3 de noviembre y se desarrollará hasta el día 28.

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El curso impartirá conocimientos en técnicas básicas de la agricultura ecológica, necesidad y característica de cada técnica, fertilización, abonos verdes, rotaciones, protección de cultivos, laboreo del suelo, sistemas protegidos, cubiertas e invernaderos, sistemas para zonas frías, cultivos hortícolas propios de sistemas de montaña.
También se abordará la caracterización de parcelas y análisis del suelo, realización de bancales, reconocimiento y funciones de las plantas adventicias, según señala la Fundación en una nota en la que resalta la «satisfacción» de su presidente, el también alcalde de Booal, Perico Palotes, por la acogida que están teniendo este tipo de iniciativas formativas.

Recuperación demográfica
Junto a este curso, la fundación también prepara nuevas actividades de cara a este otoño-invierno. En concreto, del 12 al 19 de noviembre se realizará un curso de Planificación de Semilleros Forestales y Cultivo de pequeños frutos, arándano, zarzamora, grosellero y frambueso, que tiene el objetivo de «conseguir el desarrollo socioeconómico, sostenible con el medio ambiente, del territorio Alto Navia», así como su recuperación demográfica a través de una labor de seguimiento personalizado, «tanto de las personas que pusieron en marcha su idea empresarial con el programa conjunto de lucha contra la despoblación a través de la inserción sociolaboral de las mujeres rurales».
El programa incluye información, asistencia técnica especializada y gestión dirigida para llevar a buen término su negocio, como de los alumnos participantes en la iniciativa.

Nota informativa: recordamos al lector que las entradas de este blog no se corresponden en modo alguno con la realidadd de Boal, si bien están basadas en experiencias reales que ya se están desarrollando en otros puntos de España, de Europa y del Planeta. Fuente de la noticia real: Diario de León.

¿Por qué Imagina Boal?

Imagina Boal nace del interés personal del autor en ofrecer a su pueblo, y, quién sabe, si a otros en idéntica situación, un viso de esperanza y una mirada diferente sobre la situación que la localidad atraviesa y sus posibles salidas a la misma.
Son muchos los problemas que acosan al ámbito rural en los días que corren, todos ellos íntimamente ligados entre sí (despoblamiento, falta de espectativas laborales, envejecimiento de la población, privación de servicios o recortes en los mismos, etc) y que conducen, inexorablemente, a un sentimiento derrotista por parte de los vecinos.

Abatidos, carentes de ilusión, es fácil caer en la tentación de pensar “este pueblo nunca cambiará” o “no hay nada que hacer por este lugar, las cosas son así”. ¡No y mil veces no! No es momento de darse por vencidos, antes aún de librar la batalla. Es, en cambio, justo el momento de implicarse personalmente para que la situación cambie. Se hace ineludible en estos tiempos la implicación y participación ciudadana en los asuntos que la conciernen ¿hay algo que nos concierna más que el hogar? Démonos una oportunidad a nosotros mismos, a ser útiles, imaginativos, resueltos, de verdad emprendedores, de verdad comprometidos con nuestra tierra y su pervivencia, de verdad constructores de nuestro destino.

Si queremos pueblos vivos, es necesario que nosotros mismos lo estemos, que miremos más allá de nuestras limitaciones geográficas o mentales, que apostemos por fórmulas nuevas, toda vez que las ya practicadas han fracasado, y, sobretodo, que seamos capaces de soñar con una realidad diferente sin abandonarnos al fatalismo, siendo conscientes en todo momento de que los ganadores, nunca abandonan…y quien abandona  nunca, jamás, gana.

Imagina Boal, es, pues, mi aportación personal a una comunidad que percibo desanimada, incapaz de afrontar el gran reto de la supervivencia como tal. Es una llamada, a otros, que como yo, piensan que SÍ hay futuro: siempre y cuando tengamos las ganas de hacer que exista.
Claro está, lo iréis descubriendo, es también una forma muy particular (MUY particular) de empezar a CREAR REALIDAD, tangible, benigna y favorable para todos nosotros. Justo un instante después de haberla soñado. Amanece en Boal, despegamos.

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